En el año 1578 el rey de Portugal Sebastián se embarca en una guerra en el norte de África, donde es derrotado el 4 de agosto de ese mismo año en la batalla de Alcazarquivir, en la que muere junto con otros 7000 portugueses. Un desastre mayúsculo para el reino portugués al caer en la batalla lo más granado de la nobleza.
Portugal había terminado la reconquista del territorio peninsular en 1249 y no podía expandirse al este por la presencia de Castilla, por lo que puso la mirada en África, conquistando en 1415 la ciudad de Ceuta, lo que supone la primera conquista europea en África desde tiempos del Imperio Romano.

Volviendo a Sebastián, era hijo de Juana de Austria y Juan Manuel de Portugal y a su vez sobrino de Felipe II, con el que mantenía una buena relación, lo que se ve demostrado en las cartas que cruzaban, en las cuales su tío Felipe le desaconsejaba ir a la batalla. Cabe recordar que la última batalla en la que participó presencialmente Felipe II fue la de San Quintín en 1557, hacía más de 20 años.
Tras la muerte del Rey Sebastián subió al trono el cardenal Enrique, tío del Rey fallecido, el cual ascendió al trono a los 66 años y falleció sin descendencia el 31 de enero de 1580, dejando el trono abierto y a cargo de una regencia, momento en el cual varios pretendientes se postulan al trono de Portugal, entre ellos Felipe II y el Prior de Crato.
En junio de 1580 Felipe II reúne un Ejército de 30.000, hombres muchos veteranos de Flandes y comandados por el duque de Alba, los cuales consiguieron rápidas victorias en Portugal. En paralelo Álvaro de Bazán toma las galeras y se dirige a Lisboa.
Antes, el 19 de junio de 1580, Antonio, Prior de Crato se había proclamado rey de Portugal en Lisboa , sin embargo es derrotado posteriormente por las tropas de Alba, huyendo a Francia y finalmente refugiándose en las islas Azores, donde apoyado por Francia es derrotado definitivamente en la batalla de la Isla Terceira el 28 de julio de 1582. Esta batalla aniquiló por completo la flota francesa y dejó el mar libre a Castilla. Lope de Vega nos recuerda esta batalla en su célebre poema dedicado a Álvaro de Bazán:
El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
y en todo mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.

Para entonces Felipe II ya se había proclamado rey de Portugal, jurado por las Cortes de tomar el 19 de abril de 1581.
Portugal se mantiene como reino independiente de Castilla con sus propias cortes dentro de la monarquía de los Habsburgo durante prácticamente 60 años, hasta que el 1 de diciembre de 1640 declara su independencia y sube al trono Juan IV de Portugal. En ese año 1640 la monarquía hispánica tiene frentes abiertos en Países Bajos, norte de Italia, Cataluña y cuando se sumó Portugal no había capacidad de respuesta al no disponerse de más ingresos para costear otra guerra. A todo esto, hay que añadir la derrota en 1639 en las Dunas, la cual dejaba a la monarquía hispánica sin capacidad naval para bloquear Portugal. Juan IV aprovechó muy bien el tiempo en el que España no puso el foco en Portugal, reforzó sus defensas fronterizas, mejoró su Ejército tanto la infantería como la caballería y obtuvo apoyo extranjero. Cuando España se quiso centrar en Portugal tras la firma de la paz de Los Pirineos con Francia en 1659 ya fue tarde y los intentos de recuperación de Portugal fracasaron reconociéndose su independencia en 1668.
Numismáticamente hablando el periodo 1580-1640 nos deja monedas acuñadas en Lisboa a nombre de tres monarcas: Felipe I de Portugal (Felipe II de España), Felipe II de Portugal (Felipe III de España) y Felipe III de Portugal (Felipe IV de España). En adelante utilizo la numerología española por similitud con el resto de territorios de la monarquía hispánica.
Felipe II acuña moneda de plata en Lisboa en los siguientes módulos:
- Vintem o XX reais, plata 916,6, 18 mm, 1,7 g.
- XXXX reais, plata 916,6, 22 mm, 3,4 g.
- Medio tostao o 50 reais, plata 916,6, 24 mm, 6,6 g.
- LXXX reais, plata 916,6, 30 mm, 6,6 g.
- Tostao o 100 reais, plata 916,6, 32 mm, 8,2 g.
El tostao es el módulo de plata de mayor tamaño y podríamos compararlo con los 2 reales castellanos.
Toda la moneda portuguesa de este periodo es escasa, siendo el tostao y medio tostao los más habituales de ver, mientras que los módulos de XXXX reais y LXXX reais son especialmente raros.
Felipe III mantiene el patrón de su padre aunque solo acuña los módulos de 20, 50 y 100 reais, al igual que posteriormente hace Felipe IV.
Los oros portugueses de los Felipes son extremadamente escasos y caros, encontramos los siguientes módulos:
- 500 reais, oro 921,9, 24 mm, 3,8 g
- Cruzado o 400 reais oro 921,9, 22 mm, 3,1 g
- 2 Cruzados u 800 reais oro 921,9, 28 mm, 6,1 g
- 4 Cruzados o 1600 reais oro 921,9, 32 mm, 12,2 g
La moneda portuguesa mantiene un patrón que se repite en el tiempo y que continúa en el periodo que estamos tratando. En el anverso se hace referencia a Portugal bien con el escudo completo o con una simplificación con los 5 escusones de azur puestos en Cruz. Estos 5 escusones los toma Portugal para conmemorar la victoria del Rey Alfonso Enríquez sobre cinco reyes musulmanes en la batalla de Ourique en 1139, considerándose esta batalla el hito fundacional de Portugal que hasta entonces era el condado de Portugal perteneciente al reino de León. La independencia la reconoció Alfonso séptimo en 1143 en el tratado de Zamora.

En el reverso nos encontramos con la Cruz de la Orden de Cristo que puede presentar distintas terminaciones y adornos con puntos.
Los módulos de 20, 40 y 80 reales presentan una F sobre el valor en números romanos refiriéndose al rey Felipe.
En este periodo de la dinastía Habsburgo tenemos 3 ensayadores que cubren los 60 años:
- Gaspar Paes: 1555 – Julio 1588
- Baltazar do Valle: 30 de julio de 1588 – 10 de junio de 1617
- Braz Falcão: 10 de junio de 1617 – 15 de septiembre de 1646

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